domingo, 19 de abril de 2009

¿De quién es la culpa?


Un ejemplo de la fotografía de nota roja de hace varios años.

Un airado lector de este blog respondía a la pregunta ¿Por qué nos gusta lo que nos gusta? (entendiendo al morbo como la palanca vendedora de tabloides): “¡¡¡Porque no nos pasa eso, les pasa a otros!!!”. Sin duda tiene razón. “Los otros” siempre es gente muy lejana, hasta el vecino es parte de los otros. Si un día llega el Servicio Médico Forense a su puerta, y vemos salir una camilla con un cuerpo y una sábana blanca a lo mucho nos preguntaremos “¿Qué pasó?” y olvidaremos el asunto a los pocos días.
Sucede que volvemos a un eterno debate en la práctica periodística: “El periodismo refleja la realidad; si esa realidad es sangre, huesos y vísceras es problema del lector si lo consume o no” y “La prensa debe tener una actitud responsable sobre sus contenidos”. Ambas percepciones sobre el quehacer de los periodistas se contraponen y producen chispas en las universidades. Desde luego una cosa es decir y la otra hacer. Si a un periodista novato lo mandan al sector policiaco y no cumple con lo que se le ordena alegando razones éticas lo más probable es que termine siendo un reportero ético… y sin trabajo.
Aquí es cuando el embrollo se hace más grande pues falta una legislación –imposible pensar en legisladores responsables que hagan su trabajo en este país en año electoral– que regule la actividad periodística, que libere al periodismo del yugo de intereses financieros y permita alegar diferencias éticas con los jefes de información permitiendo atender a los intereses de los lectores, que son los que realmente importan, en teoría.
Más les valdría a los diputados y senadores atender esta necesidad en lugar de promover la pena de muerte como la ridícula campaña del Partido Verde Ecologista a favor de esta medida, lo que le valió la reprobación de los partidos verdes europeos y la condena de los periodistas, como un colega afirmó carcajeándose: “quieren salvar un árbol y matar una persona”.

1 comentario:

  1. Por lo menos deberías darle crédito al autor de la foto que usas en este post, es del maestro Enrique Metinides, y de paso también de dónde la tomaste.

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