domingo, 19 de abril de 2009


Cualquier persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Presunción de inocencia. Uno de los principios básicos del derecho y una de las garantías que otorga la Constitución Mexicana. Desgraciadamente, la Carta Magna también incluye el concepto de prisión preventiva en su artículo 18, situación a la que van los inculpados de diversos delitos que aún no tienen un juicio que resuelva la situación.
El problema es que miles de mexicanos pasan años en la prisión preventiva, generalmente personas que no pueden pagar un abogado medianamente decente. Así hay gente en prisión seis o siete años por robar $200 pesos o un oso de peluche de una bonetería, cuando los verdaderos criminales andan afuera aterrorizando a la población.
Este problema tiene implicados a los medios de comunicación, a la autoridad judicial, a los legisladores y a la sociedad civil, básicamente todos estamos metidos ahí. La forma de impartir justicia en México es el embudo que no permite el Estado de Derecho, veamos:
En México un juicio puede durar meses, incluso años y tanto el Ministerio Público como los juzgados tienen una forma muy poco democrática e ineficiente de operar. De acuerdo al documental “El túnel” producido por el CIDE, del cual desgraciadamente no tengo una copia, a los agentes del M.P. se les pide cantidad sobre cantidad, esto es, hay un crimen, encuentra un culpable; pobre del borrachín que se pasó frente a las oficinas de los encargados de defender nuestros derechos. Por otra parte, todavía no es una realidad en todo el país el sistema de juicios orales, como en las películas donde están el acusado, el abogado defensor, el fiscal y el juez y todo se resuelve en muy poco tiempo. No, en lugar de eso se llenan hojas y hojas de dictámenes para que al final el juez revise la información y finque responsabilidades.
Los juicios orales parecen ser todavía una utopía y los medios de comunicación han contribuido para que la impartición de justicia en este país sea para el rico y poderoso.
Los inculpados de algún crimen tienen derecho a que los medios guarden sus nombres y fotografías hasta que la situación se resuelva, un derecho violado sistemáticamente todos los días por reporteros hasta “desgraciarles la vida”, como diría Marco Lara, editor de El Universal.
Fransesc Barata, sugiere formas de desarrollar prácticas periodísticas respetuosas con los derechos humanos, garantías procesales y presunción de inocencia en el libro Violencia y medios 3: Propuesta iberoamericana de periodismo policial. Hablando de periodismo policiaco y nota roja, no nos haría mal darles un vistazo:

1. Respetar a las víctimas, sus familiares y allegados.
2. No difundir imágenes de personas detenidas o investigadas por la Policía. (por más pinta de criminales que tengan, tienen derecho a la presunción de inocencia)
3. No difundir los nombres y datos que identifican a los implicados. (Si sale inocente y quiere conseguir un trabajo…)
4. Utilizar el ‘presunto’ de forma destacada, evitando la retórica formal.
5. Contrastar la información y distanciarse de las fuentes. (No más notas salidas de comunicados de prensa de la Procuraduría)
6. Evitar la superficialidad y la producción de estereotipos. (Golpe bajo a nosotros los morbosos)
7. No hacer juicios paralelos.
Sea usted periodista o lector, saque sus conclusiones.

¿De quién es la culpa?


Un ejemplo de la fotografía de nota roja de hace varios años.

Un airado lector de este blog respondía a la pregunta ¿Por qué nos gusta lo que nos gusta? (entendiendo al morbo como la palanca vendedora de tabloides): “¡¡¡Porque no nos pasa eso, les pasa a otros!!!”. Sin duda tiene razón. “Los otros” siempre es gente muy lejana, hasta el vecino es parte de los otros. Si un día llega el Servicio Médico Forense a su puerta, y vemos salir una camilla con un cuerpo y una sábana blanca a lo mucho nos preguntaremos “¿Qué pasó?” y olvidaremos el asunto a los pocos días.
Sucede que volvemos a un eterno debate en la práctica periodística: “El periodismo refleja la realidad; si esa realidad es sangre, huesos y vísceras es problema del lector si lo consume o no” y “La prensa debe tener una actitud responsable sobre sus contenidos”. Ambas percepciones sobre el quehacer de los periodistas se contraponen y producen chispas en las universidades. Desde luego una cosa es decir y la otra hacer. Si a un periodista novato lo mandan al sector policiaco y no cumple con lo que se le ordena alegando razones éticas lo más probable es que termine siendo un reportero ético… y sin trabajo.
Aquí es cuando el embrollo se hace más grande pues falta una legislación –imposible pensar en legisladores responsables que hagan su trabajo en este país en año electoral– que regule la actividad periodística, que libere al periodismo del yugo de intereses financieros y permita alegar diferencias éticas con los jefes de información permitiendo atender a los intereses de los lectores, que son los que realmente importan, en teoría.
Más les valdría a los diputados y senadores atender esta necesidad en lugar de promover la pena de muerte como la ridícula campaña del Partido Verde Ecologista a favor de esta medida, lo que le valió la reprobación de los partidos verdes europeos y la condena de los periodistas, como un colega afirmó carcajeándose: “quieren salvar un árbol y matar una persona”.

Enrique Metinides "El artista del horror"

El periodista y escritor J.M. Servín entrevistó para la revista Día Siete al "artista del horror", el fotógrafo Enrique Metinides que laboró alrededor de cincuenta años en La Prensa. Hoy reconocido mundialmente incluso por el New York Times es una leyenda viviente del periodismo policiaco de los sesenta, setenta y ochenta. El canal de televisión por Internet VBS.TV publicó un reportaje sobre este fotógrafo quien, en la entrevista con Servín, recomendaba a los futuros fotoperiodistas: "Que se dedique a otra cosa, porque en esto lo único que va a ganar son envidias y mala salud. Nadie le va a reconocer el esfuerzo". El reportaje completo puede visitarse en la página web de este canal.

Sobre Alarma!



El Alarma! es sin duda una de las publicaciones más famosas en la Ciudad de México. Su especialidad es la nota roja presentada de manera cruda. Por esta razón, mucha gente la tacha de inhumana o le dan adjetivos peores, lo cierto es que Alarma! presenta una realidad a la que la gran mayoría de la gente no está acostumbrada.

Esta realidad es en gran parte lo que sucede en la Ciudad de México de noche cuando todos dormimos. Es innegable saber que el crimen y las tragedias humanas ahí están, por lo tanto, Alarma! es un acercamiento a la realidad.

El canal de televisión por Internet VBS.TV presentó un documental sobre dicha publicación en su sitio web del cual yo únicamente presento el trailer.

El documental completo dividido en partes se puede encontrar en el citado sitio web. Este documental da una idea de por qué la gente gusta de este tipo de materiales, pero sigue abierta la pregunta sobre la nota roja: ¿Por qué nos gusta lo que nos gusta?