lunes, 9 de marzo de 2009

Nota roja antes y después


El 6 de septiembre de 2006 una nota conmocionó a la opinión pública mexicana. La violencia había comenzado a afectar a los civiles. Por primera vez los cárteles del narcotráfico -o al menos de las primeras veces que la prensa en la capital lo reportaba- incidían directamente en la vida de los civiles. En un salón de baile en Uruapan, Michoacán, unos sujetos habían aventado cabezas humanas al centro de la pista. Imaginar la reacción de los asistentes resulta macabro. La fotografía que publicaba El Gráfico presentaba esas cabezas de una forma cruda. La atención de este medio no se concentró únicamente en la Ciudad de México como casi todos los días sino en un evento aparentemente aislado en otra ciudad del país. A partir de ese momento, cientos de analistas decían que el narcotráfico había superado sus propios límites, mientras otros argumentaban que se habían quebrantado las reglas entre cárteles que prohibían afectar a civiles. La violencia había llegado a otro nivel.

Muchos años antes, nuestra ciudad veía las fotografías macabras de otra forma, de una manera casi inocente como diciendo "Esto les pasó, qué bueno que no los conozco". Las fotografías que presentaba la prensa en publicaciones como Alarma! remitían a accidentes, choques automovilísticos y asesinatos. José Ramón Garmanbella, periodista policiaco y colaborador de A sangre fría en la edición obituaria de esta publicación del año pasado, responde a la pregunta ¿Por qué escribir sobre temas policiacos?: "La respuesta más fácil, y de hecho es la que ofrezco en cuanta entrevista se me solicita es: porque no se puede escriir la historia de una ciudad, y la de México no es la excepción, si antes no se dedica al menos un capítulo extenso a su historia criminológica". (Garmanbella, 2008)
Sin embargo ha habido un cambio. En publicaciones como Alarma! o La Prensa! todavía se podía encontrar la foto del asesino, exhibiéndolo frente a la opinión pública en una forma de "Aquí está el que cometió semejante atrocidad", desde luego con otros titulares como "Mató a su madrecita" o "Desmadrado". Hoy no sabemos quién es el asesino, el narcotráfico parece no tener una imagen clara para que el ciudadano diga "es él". No, es una fuerza que pasa los límites de la Ciudad de México y comienza a retar al Estado Mexicano. Los mexicanos parece que caminamos en la oscuridad, sin saber qué o a quién nos podemos encontrar en este entorno violento.
Referencias: Varios autores, (2008) A sangre fría: periodismo de morbo y frivolidad, Almadía: México

2 comentarios:

  1. Creo que ya no podemos ver algo que nos sorprenda. sinceramente, es tanta la difusión de los medios de información en cuanto a este tipo de acontecimientos criminológicos que ver ese tipo de fotografías ahora solo nos recuerda en que tipo de país vivimos o que tipo de humanos han tomado las riendas de la seguridad hoy en día.

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  2. desgraciadamente es el pan de cada dia, ya es tiempo de parar a la delincuencia organizada, que podemos esperar¿ que el dia de mañana de ellos sea el mundo.

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