domingo, 17 de mayo de 2009

Entrevista al jefe de información de El Gráfico

Hace unos días hice esta entrevista con mi colega Lynette Mújica al jefe de información del periódico El Gráfico. Resulta vital leerla para comprender la nota roja, el sector policiaco y un concepto más: el periódico popular. ¿Periodismo 2.0? ¿Ohmynews.com? ¿Qué lee la gente en la Ciudad de México?


¿Cómo definirías tú a la ciudad de México?

Pues es muy bonita (chiste, risas) Creo que es una ciudad que por la poca o mucha conciencia que tienen sus habitantes no está perdida, no es un caos y se ha visto porque la gente se está defendiendo en la calle. Había reportes de las solicitudes de armas de fuego. La gente está haciendo solicitudes de arma de fuego porque es una ciudad peligrosa. Hay lugares donde la policía no entra. Pareciera un lugar común, pero hay lugares en serio, donde la policía no entra. Hay lugares y creo que no es secreto para nadie donde la policía está al servicio de la delincuencia.
Ves como se va descomponiendo la sociedad y eso no es a partir de que los medios son sensacionalistas, no, no, no, es porque la gente tiene una crisis bastante cabrona ¿no? En sociedades más elevadas ¿por qué no pasa eso?


¿Por qué se consume un periódico popular como El Gráfico?

¿Por qué la gente lo compra?, ¿por qué se vende tanto? pues porque es la gente de pie. Porque a lo mejor al chavo de las lomas que anda en un BMW con veinte guaruras pues no le puede pasa esto, pero al chavo que cruza toda la ciudad y anda en la calle, el papá dice “Ay cabrón, esto le puede pasar a mi hijo” por eso se vende y a parte por las notables diferencias económicas que hay en la ciudad, en el país entero. Yo creo que la gente se ve mucho reflejada en el periódico en parte por eso, porque es un periódico de pie, es un periódico sin grandes pretensiones. Porque es lo que pasa, es la vida diaria. Ni siquiera soy un defensor del periodismo de sector policiaco, amarillo o como le quieran llamar, pero son las cosas que están pasando. A lo mejor a la gente que vive en Polanco o Huixquilucan o en las zonas residenciales de cualquier país pues le interesa ver que están haciendo sus amistades o ver si salió la foto de la fiesta a la que fueron (señalando el Universal y Reforma). Y es válido porque hay medios y público para todos. Hay gente a la que le interesa estar informada de la política, pues está bien. Ahora, el fenómeno de la venta es en donde lo quiero meter ¿Por qué vende tanto? Pues porque hay más pobre que ricos. O sea es la radiografía, es la fotografía de la sociedad. Ahora no nos vayamos por un contexto también que diga “Al pueblo pan y circo” no, porque no es eso. Simplemente el pueblo se ve reflejado en algo que le es más cercano. Utilizando los términos de proximidad.


¿Ley de la oferta y la demanda?

¿Por qué hay periódicos deportivos? Porque hay público que lo demanda, que le gusta. ¿Por qué hay periódicos financieros? ¿Por qué hay revistas? Porque hay público para todo. Entonces, regresando a la cuestión del poder adquisitivo, este periódico cuestas doce pesos (señalando el Reforma), no es payasada. Y el Universal ¿cuánto cuesta? (recordando) diez pesos y no es un argumento lastimero pero El Grafico te cuesta tres pesos y con los siete pesos que te sobran compras las tortillas y después lo utilizas para envolver los aguacates.

¿Se piensa mucho en el público?

No nos vamos a engañar, estratégicamente el periódico hace esto (hojea el periódico). Si no quieres que entre la sangre a tu casa o no quieres que tus hijos lo vean, sacas esa sección. El periódico tiene la portada, la quitas, sin esas cosas que te inquieta.

Yo tenía la idea, o te hacen creer, que la gente se cree todo pero la verdad es que no es cierto, la gente no es pendeja.

Fíjate que dentro de todo eso, una de los buenos síntomas es que la gente del sector popular interactúa mucho con el periódico. La gente se queja y la gente… lo que decías, pueden decir que la gente es pendeja pero la gente te dice “oye, ¿por qué le pusiste acento a si p no lleva acento?” Manda correos y te dice “oye, ¿por qué dice esa fecha cuando tal evento fue en tal fecha?
Hace rato estaba desayunando con un tipo que estuvo trabajando mucho tiempo en Reforma que se llama Héctor Zamarrón, fue coordinador de ‘Ciudad’ ocho años y me decía “Es que, ya descubrieron la fórmula: hacerte cercano a la gente”.
Hay otra cosa, en una parte del trayecto de reformarnos, de dar más, de pegarnos más a la gente, hicimos una sección que se llama El gráfico va, son denuncias ciudadanas: el tope, el árbol que está a punto de caerse, el poste de la luz que ya se va a caer sobre tu casa. A la gente le gusta verse en el periódico reflejada.


Metro tenía algo parecido ¿no?

Tenía, ya no lo tiene. De hecho colegas del metro me dicen “oye, mándame un reportero porque no me atiende este cab…”, mails de “Necesitamos su ayuda porque el delegado dijo que iba a podar y no ha podado”. Va el reportero, se hacen fotos, se hace la columna, se dice quién te debe atender y correos de esos 10 al día “habla fulanita de tal, necesito que nos ayuden porque hay una fuga de agua desde hace tres días y nadie nos hace caso…” Lo publicas y si la autoridad va y lo atiende, se publica: “La autoridad atendió tal cosa”, si no, está dentro de sus responsabilidades les explicas con quién tiene que hablar o acudir.

Y es de utilidad más para una ciudad como ésta.

Y eso te da muchísimo contacto con la gente. Es el periodismo más ciudadano, más social, comunitario. Yo creo que a la gente esta nota le interesa más por el escándalo pero se pierde (señalando una nota de espectáculo). A la gente le interesa más lo que le está pasando a ellos. Hay una política que tenemos también en el diario y es de no publicar declaraciones de políticos porque de verdad que a la gente no le interesa eso. A la gente le interesa lo que esté pasando, lo que la esté afectando, lo que se está moviendo. Imagínate una noticia que diga “se está analizando en la Cámara la posibilidad de que el presidente se baje el sueldo mil pesos pero de aquí a tres meses va a salir el dictamen y luego en lo que pasa al Senado y luego se manda a las Cámara”. No le llega, no les incumbe porque a la gente le interesa lo que está pasando.

2666 de Roberto Bolaño


“En junio murió Emilia Mena Mena. Su cuerpo se encontró en el basurero clandestino cercano a la calle Yucatecos, en dirección a la fábrica de ladrillos Hermanos Corinto. En el informe forense se indica que fue violada, acuchillada y quemada, sin especificar si la causa de la muerte fueron las cuchilladas o las quemaduras y sin especificar tampoco si en el momento de las quemaduras Emilia Mena Mena ya estaba muerta”.

Hace unos años, la editorial Anagrama publicó la novela póstuma del chileno Roberto Bolaño. Las más de mil páginas que la componen implican un reto a cualquier lector. El también poeta saltó al panorama de las letras hispanoamericanas con la novela Los detectives salvajes, que ganó entre otros premios el Rómulo Gallegos. Sin embargo, tenía un proyecto más ambicioso en mente. Movido por los asesinatos en Ciudad Juárez, se dedicó a investigar y a crear una novela total que tuviera a Santa Teresa, trasunto de la ciudad chihuahuense, como el agujero negro al que se precipitan todos los personajes. El capítulo referido a los feminicidios es, sin duda, uno de los más duros, violentos y difíciles de leer pero es una parte que muestra el nivel de descomposición al que ha llegado México y el abismo al que nos estamos asomando todos los mexicanos.

domingo, 19 de abril de 2009


Cualquier persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Presunción de inocencia. Uno de los principios básicos del derecho y una de las garantías que otorga la Constitución Mexicana. Desgraciadamente, la Carta Magna también incluye el concepto de prisión preventiva en su artículo 18, situación a la que van los inculpados de diversos delitos que aún no tienen un juicio que resuelva la situación.
El problema es que miles de mexicanos pasan años en la prisión preventiva, generalmente personas que no pueden pagar un abogado medianamente decente. Así hay gente en prisión seis o siete años por robar $200 pesos o un oso de peluche de una bonetería, cuando los verdaderos criminales andan afuera aterrorizando a la población.
Este problema tiene implicados a los medios de comunicación, a la autoridad judicial, a los legisladores y a la sociedad civil, básicamente todos estamos metidos ahí. La forma de impartir justicia en México es el embudo que no permite el Estado de Derecho, veamos:
En México un juicio puede durar meses, incluso años y tanto el Ministerio Público como los juzgados tienen una forma muy poco democrática e ineficiente de operar. De acuerdo al documental “El túnel” producido por el CIDE, del cual desgraciadamente no tengo una copia, a los agentes del M.P. se les pide cantidad sobre cantidad, esto es, hay un crimen, encuentra un culpable; pobre del borrachín que se pasó frente a las oficinas de los encargados de defender nuestros derechos. Por otra parte, todavía no es una realidad en todo el país el sistema de juicios orales, como en las películas donde están el acusado, el abogado defensor, el fiscal y el juez y todo se resuelve en muy poco tiempo. No, en lugar de eso se llenan hojas y hojas de dictámenes para que al final el juez revise la información y finque responsabilidades.
Los juicios orales parecen ser todavía una utopía y los medios de comunicación han contribuido para que la impartición de justicia en este país sea para el rico y poderoso.
Los inculpados de algún crimen tienen derecho a que los medios guarden sus nombres y fotografías hasta que la situación se resuelva, un derecho violado sistemáticamente todos los días por reporteros hasta “desgraciarles la vida”, como diría Marco Lara, editor de El Universal.
Fransesc Barata, sugiere formas de desarrollar prácticas periodísticas respetuosas con los derechos humanos, garantías procesales y presunción de inocencia en el libro Violencia y medios 3: Propuesta iberoamericana de periodismo policial. Hablando de periodismo policiaco y nota roja, no nos haría mal darles un vistazo:

1. Respetar a las víctimas, sus familiares y allegados.
2. No difundir imágenes de personas detenidas o investigadas por la Policía. (por más pinta de criminales que tengan, tienen derecho a la presunción de inocencia)
3. No difundir los nombres y datos que identifican a los implicados. (Si sale inocente y quiere conseguir un trabajo…)
4. Utilizar el ‘presunto’ de forma destacada, evitando la retórica formal.
5. Contrastar la información y distanciarse de las fuentes. (No más notas salidas de comunicados de prensa de la Procuraduría)
6. Evitar la superficialidad y la producción de estereotipos. (Golpe bajo a nosotros los morbosos)
7. No hacer juicios paralelos.
Sea usted periodista o lector, saque sus conclusiones.

¿De quién es la culpa?


Un ejemplo de la fotografía de nota roja de hace varios años.

Un airado lector de este blog respondía a la pregunta ¿Por qué nos gusta lo que nos gusta? (entendiendo al morbo como la palanca vendedora de tabloides): “¡¡¡Porque no nos pasa eso, les pasa a otros!!!”. Sin duda tiene razón. “Los otros” siempre es gente muy lejana, hasta el vecino es parte de los otros. Si un día llega el Servicio Médico Forense a su puerta, y vemos salir una camilla con un cuerpo y una sábana blanca a lo mucho nos preguntaremos “¿Qué pasó?” y olvidaremos el asunto a los pocos días.
Sucede que volvemos a un eterno debate en la práctica periodística: “El periodismo refleja la realidad; si esa realidad es sangre, huesos y vísceras es problema del lector si lo consume o no” y “La prensa debe tener una actitud responsable sobre sus contenidos”. Ambas percepciones sobre el quehacer de los periodistas se contraponen y producen chispas en las universidades. Desde luego una cosa es decir y la otra hacer. Si a un periodista novato lo mandan al sector policiaco y no cumple con lo que se le ordena alegando razones éticas lo más probable es que termine siendo un reportero ético… y sin trabajo.
Aquí es cuando el embrollo se hace más grande pues falta una legislación –imposible pensar en legisladores responsables que hagan su trabajo en este país en año electoral– que regule la actividad periodística, que libere al periodismo del yugo de intereses financieros y permita alegar diferencias éticas con los jefes de información permitiendo atender a los intereses de los lectores, que son los que realmente importan, en teoría.
Más les valdría a los diputados y senadores atender esta necesidad en lugar de promover la pena de muerte como la ridícula campaña del Partido Verde Ecologista a favor de esta medida, lo que le valió la reprobación de los partidos verdes europeos y la condena de los periodistas, como un colega afirmó carcajeándose: “quieren salvar un árbol y matar una persona”.

Enrique Metinides "El artista del horror"

El periodista y escritor J.M. Servín entrevistó para la revista Día Siete al "artista del horror", el fotógrafo Enrique Metinides que laboró alrededor de cincuenta años en La Prensa. Hoy reconocido mundialmente incluso por el New York Times es una leyenda viviente del periodismo policiaco de los sesenta, setenta y ochenta. El canal de televisión por Internet VBS.TV publicó un reportaje sobre este fotógrafo quien, en la entrevista con Servín, recomendaba a los futuros fotoperiodistas: "Que se dedique a otra cosa, porque en esto lo único que va a ganar son envidias y mala salud. Nadie le va a reconocer el esfuerzo". El reportaje completo puede visitarse en la página web de este canal.

Sobre Alarma!



El Alarma! es sin duda una de las publicaciones más famosas en la Ciudad de México. Su especialidad es la nota roja presentada de manera cruda. Por esta razón, mucha gente la tacha de inhumana o le dan adjetivos peores, lo cierto es que Alarma! presenta una realidad a la que la gran mayoría de la gente no está acostumbrada.

Esta realidad es en gran parte lo que sucede en la Ciudad de México de noche cuando todos dormimos. Es innegable saber que el crimen y las tragedias humanas ahí están, por lo tanto, Alarma! es un acercamiento a la realidad.

El canal de televisión por Internet VBS.TV presentó un documental sobre dicha publicación en su sitio web del cual yo únicamente presento el trailer.

El documental completo dividido en partes se puede encontrar en el citado sitio web. Este documental da una idea de por qué la gente gusta de este tipo de materiales, pero sigue abierta la pregunta sobre la nota roja: ¿Por qué nos gusta lo que nos gusta?

lunes, 9 de marzo de 2009

Violencia, periodistas y lectores


"Acercarnos a la realidad", dicen algunos autores sobre el papel de la fotografía macabra y la forma de escribir -irónica y con pinceladas humorísticas- de presentar la información. No a pocos les ha causado gracia un titular como "¡Se los llevó la chingada!".

Sin duda, tienen razón. Hace poco escuchaba a un estudiante de diseño que decía: "puras noticias malas en los periódicos y la televisión" a lo que respondí "¿prefieres que te mientan?". Esto sale a colación por un taller en el que he tenido el honor de participar durante este mes de marzo.

El taller de periodismo policiaco con enfoque en derechos humanos está dirigido por Marco Lara Klahr, periodista y autor de libros como Hoy te toca la muerte: El imperio de los Maras visto desde adentro e impulsado por el Instituto para la Seguridad y la Democracia.

En una charla de sondeo sobre nuestra opinión como periodistas de la violencia, nuestra profesión y el Estado de Derecho. Se lanzó la pregunta "¿Contribuye el periodismo a la seguridad o a la inseguridad?" Las opiniones se dividieron. Hubo periodistas que afirmaron que el periodismo crea un clima de inseguridad al presentar ejecuciones, encajuelamientos y crímenes a lo largo del territorio nacional, lo que provoca en los lectores un clima de paranoia. Hubo otros, por el contrario que afirmaron "Es nuestro trabajo, presentar lo que sucede, no podemos mentirle a los lectores". Entre estas dos percepciones apareció una tercera "Es la forma de presentar la noticia", de un joven periodista recién graduado que añadió "hace poco murieron unos amigos en un accidente, publicaron su fotografía y en el titular pusieron 'se la parten', digo...".
Sin duda parece que vivimos en paranoia. Hace poco un taxista me comentó "este país va a tronar como ejote, joven". Antes de que truene como ejote pensemos en la forma en que percibimos las noticias sobre violencia. Ya no son asesinatos en la Ciudad de México de un hijo que furioso con su madre decidió acuchillarla. Ya son temas de interés nacional. De todas formas, El Gráfico tiene un tiraje de 310,000 ejemplares con 800,000 lectores aproximadamente de acuerdo al sitio periodistas en línea. ¿Tenemos los mexicanos fascinación por la violencia o es simplemente morbo?